Hermosillo • Se han detectado en el Estado de Sonora, a niños con riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares y diabetes en una etapa temprana de la vida adulta, esto, de acuerdo al resultado de años de estudio que ha realizado el Centro de Investigación en Alimentación y Desarrollo (CIAD), en menores de edad escolar entre cinco y once años.
Martha Nydia Ballesteros Vásquez, investigadora de la Coordinación de Nutrición, explicó que la obesidad es actualmente una epidemia.
"A nivel mundial México ocupa el segundo lugar en prevalencia después de Estados Unidos y dentro de nuestro país, Sonora es de los estados que mayores problemas tiene.
La obesidad por si sola es una enfermedad pero también es un factor de riesgo para padecer enfermedades crónico- degenerativas.
Los resultados de los estudios de investigación realizados en CIAD en población infantil sonorense, señalan que el 30 % de los niños y aproximadamente el 24 % de las niñas tienen problemas de sobrepeso y obesidad.
La obesidad junto con la carga genética que se tiene, es decir la herencia, están relacionados con alteraciones en sus lípidos sanguíneos.
Se ha observado que el 20 por ciento de los niños estudiados tienen niveles de colesterol elevados para su edad. También un 40 por ciento presenta triglicéridos elevados, un 60 por ciento niveles bajos de la lipoproteína de alta densidad HDL, que es el denominado colesterol bueno.
Asimismo se ha observado que un 10 por ciento presenta presión arterial sistólica normal elevada. Todas estas alteraciones forman parte de un cuadro denominado Síndrome metabólico que es un predictor de la aparición temprana de enfermedades cardiovasculares y diabetes.
La investigadora abundó en que desde el año 2003 CIAD empezó a analizar esta situación y se ha encontrado “que efectivamente nuestros niños tienen niveles elevados de colesterol, en promedio las recomendaciones de la Academia Americana de Pediatría además del programa Nacional del Colesterol en Estados Unidos marcan como valores deseables o normales una concentración menor de 170 miligramos por decilitro, nuestros niños en promedio tienen 172-179, pero también encontramos valores superiores a 200-220”.
Lo que está sucediendo dijo, es que cuando el colesterol está alto, poco a poco se empieza a infiltrar adentro de las arterias engrosándolas hasta obstruirlas, de tal forma que la sangre empieza a pasar a presión y se empieza a hacer el proceso de arterosclerosis que en la edad adulta puede provocar enfermedad cardiovascular periférica, un infarto al miocardio o un infarto cerebral.
“Claro que no vamos a tener niños infartados ahorita, pero lo que si estamos observando es que antes los infartos normalmente los veíamos en personas mayores de 60 años ahora estamos viendo jóvenes de 30 y 40 años que están muriendo de eso”.
Una de las razones de que esté pasando esto, reiteró la doctora es que la obesidad en niños no se está viendo como enfermedad y se piensa que un “niño gordito” está bien alimentado, lo que no es cierto, esa condición es un factor muy alto para que el menor desarrolle enfermedad cardiovascular y diabetes a temprana edad.
Entre los datos que se han obtenido en casi una década de investigación, destacó primero que el 80 por ciento de los niños tienen muy poca actividad física y segundo que la dieta que llevan es rica en grasa, sobre todo en grasa saturada.
"Esto obedece a que parte de la cultura alimentaria del sonorense es consumir cosas que se fríen o se come mucha carne que es rica en grasa y es lo que la hace rica, porque grasa es sabor", refirió.
La doctora Ballesteros indicó que también se ha observado un elevado consumo de grasas trans, las cuales están directamente relacionadas con infartos y otros aspectos cardiovasculares y que son producidas a nivel industrial en el proceso de hidrogenación de los aceites.
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